sábado, 4 de septiembre de 2010

El Poder de un Libro

“ El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
Marcos 13:31.


“La palabra del Señor permanece para siempre.”
1 Pedro 1:25.


Se estima que en el mundo se hablan más de 6.000 lenguas. Hasta 2007, la Biblia completa fue traducida a 430 idiomas, el Nuevo Testamento a 1.140, y algunas porciones de la Biblia a otras 860 lenguas. Esto quiere decir que se puede leer la Palabra de Dios en parte o en su totalidad en 2.430 idiomas. Si tu la puedes leer en tu propia lengua, es un privilegio porque otros 3.500 etnias todavía no tienen.

En muchas partes donde este Libro ha sido leído se han producido efectos extraordinarios. La Biblia nos da a conocer los pensamientos y el amor de Dios; penetra en nosotros, forma nuestro corazón y espíritu, nos muestra cómo vivir conforme a la voluntad divina.

¿Has oído alguna vez a alguien que diga: «Yo era un bebedor, la vergüenza de mi familia y una plaga para la sociedad, pero me puse a estudiar las matemáticas, la botánica o un libro de moral y desde ese momento cambié completamente?». Sin embargo podríamos hallar no una, ni diez, ni cien, sino miles de personas que le dirán: «Yo era un desdichado, vivía atormentado y sin esperanza hasta el día en que conocí el maravilloso poder de la Biblia. A través de él mi vida cambió, fui liberada de mis vicios, la paz entró en mi corazón y en mi hogar». Es un milagro que ese Libro hace diariamente.

¿Pensamos que los «progresos de la civilización» van a traer los mismos resultados? Aun si somos de aquellos a quienes se les llama «buena gente», todos somos pecadores ante Dios y necesitamos un Salvador.


“Con el uso se Revelará Su Poder”


El físico italiano Volta (1745–1827) hizo importantes descubrimientos acerca de la electricidad. Cierto día, cuando hablaba con un grupo de científicos acerca de sus experiencias, se le interpeló diciéndole: –Su fluido (posteriormente llamado electricidad) es muy interesante, pero no vemos en qué podría ser utilizado. –Con el uso se revelará su poder, respondió Volta. Y el tiempo le dio la razón; hoy nadie lo puede poner en duda.

Lo mismo ocurre con la Palabra de Dios: Con el uso se revela su poder.
Ella cambió la historia y continúa teniendo mucho que decir a nuestra generación. Es el libro que transforma la vida de una persona para bien, cuando ésta recibe, acepta y vive su consejo. Su lectura comunica el divino remedio a los tan variados sufrimientos humanos y responde a las más angustiosas preguntas. Su aplicación cambia las maneras de ver las cosas y purifica las conciencias.

Pero, es necesario utilizarla (ponerla en práctica), para que su poder se reproduzca en nuestra vida. Leer la Biblia con fe, creyendo a lo que ella nos dice, nos pone en contacto con Dios y nos trae la paz y una profunda dicha, porque Dios es la fuente de la vida. Él es el Dios bienaventurado y el Dios de paz.


¿Qué más se puede aportar a la verdad expuesta en estos dos pensamientos?
Nada; excepto la experiencia y el consejo de todos aquellos que hemos experimentado el Poder de la Palabra de Dios, después de que las circunstancias nos obligaron a creerla, a utilizarla y por ende, a ponerla en práctica.

Dios te ama! Por ello te dejó Su Consejo (Biblia).
Te recomiendo valorarlo y aplicarlo.
¡Bendiciones!

No hay comentarios:

Publicar un comentario