jueves, 2 de julio de 2020

Serie: El Acuerdo en la Pareja



Una actitud para estar de acuerdo


Al entrar en una relación conyugal, es necesario entender la importancia de tener la actitud adecuada para convivir con la otra persona para toda la vida. Por esto, es necesario que tengamos la actitud correcta para llegar a acuerdos, recordando que cada integrante de la pareja viene de una familia con una cultura diferente a la suya. En cada familia se hacen las cosas de manera diferente.

Uno de los problemas que enfrenta la pareja es considerar que la otra persona no hace las cosas como uno está acostumbrado. La presuposición lleva a discusiones innecesarias. La pareja debe partir del punto de que todo se maneja de diferente manera, por lo que se requiere establecer una nueva cultura en la familia, basada en acuerdos entre la nueva pareja y no en lo que los padres de uno u otro hacen o dejan de hacer. El parámetro es cómo queremos hacerlo nosotros de ahora en adelante.

Cuando una pareja decide casarse y estar juntos debe tener claro que la cultura de su casa era una y, ahora, deben empezar una cultura familiar juntos. Adicional a eso, los padres no pueden ser comparados con los esposos ni las madres con las esposas, tampoco deben permitir que alguno de los suegros de ninguna de las dos partes se involucre en los problemas de pareja. Recuerden el principio de dejar al padre y a la madre. Lo mejor que puede hacer una pareja en un problema matrimonial es orar a Dios para que se les alumbre el diseño divino de una sola carne, y llevarlo a la práctica.

La crítica de cómo cada uno hace las cosas separa, divide y plantea un ambiente de contienda continua. Recordemos lo que dice Proverbios 15:1: «La respuesta amable calma la ira; la respuesta grosera aumenta el enojo». En ocasiones, es difícil tener una respuesta amable, pero, con la ayuda de Dios, se logra, recordemos que no es en nuestras fuerzas sino en las de Él.  

La humildad nos permite llegar a buenos acuerdos para el beneficio de la pareja. La comparación de cómo la mamita hacía las cosas humilla y lastima en lugar de edificar y construir. Recuerden que, al elegir al cónyuge, no se elige madre o padre suplentes, sino ser uno solo para toda la vida. 


Reflexionemos

¿Entraste a tu matrimonio con la pre suposición de que todo lo hacían igual? ¿Qué cosas hacen diferente que pueden arreglar con acuerdos?

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